Segunda Parte Port

Buenos días. A continuación os transcribimos la columna publicada en el Diario de León, con fecha de 2 de febrero de 2014. Está firmada por D. José Enrique Martínez, Doctor en 
Filología Románica y catedrático de Universidad en el Área de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada, en la Universidad de León.

Desde Entorno Gráfico agradecemos su inestimable artículo.

“QUEDAOS CON MIS VERSOS Y OLVIDAOS DE MÍ.”

“NOS HAN ROBADO UN ÁNGEL

Jesús Munárriz

Entorno Gráfico, colección «O

gato que ri», Granada, 2013.

88 páginas.”

“El título Nos han robado un ángel, con el que se inicia una nueva colección de poesía, responde a la desaparición de una talla del XVIII de la librería madrileña Hiperión, donde Jesús Munárriz ha vivido entregado a la poesía como editor y como poeta. El libro hubiera podido titularse, de igual modo, «Con la verdad por delante», pues esa es su manera de ser: «No me gusta mentiros», afirma el poeta, que, contra las teorías más extendidas, proclama que el personaje que habla en sus poemas es él y no otro, que asume lo que dice su voz y que, «veraz o equivocada, / avalo sus palabras con mi vida». En ellas muestra una actitud ética ausente en mucha poesía de ahora, inscrita en un «trovar clus» para lectores sofisticados. La de Munárriz, en cambio, es y quiere ser significativa y abierta, y en ella hay siempre, al menos, una idea que comunicar: por ejemplo, el entendimiento de la vida como muerte anunciada o la desacralización del presente, que ha sustituido los viejos ángeles alados por jóvenes desplumados y en vaqueros, sin poderes ni encanto. Ironía y compromiso son dos palabras que convienen a la poesía de Munárriz. La ironía le sirve para distanciarse de lo superficial y hacer pensar en la realidad verdadera: «No destapes chanchullos, no aludas a las trampas, / no sea que se enfaden los corruptos». La ironía sirve también al compromiso humano y social del poeta. Humano, por ejemplo, en el poema «Con alevosía», escrito contra aquellos curas y frailes que inscribieron en el alma de los jóvenes de la posguerra la infame idea del cuerpo pecador, de la enfermedad del sexo, sumiéndolos en un «ininterrumpido purgatorio»: «Fue mucho lo que nos robaron… / Nos robaron / la libertad, la juventud, la naturalidad…». Pero el compromiso es sobre todo social, compromiso con los ideales republicanos de anteguerra, contra la desigualdad y la injusticia. El compromiso quiere claridad y palabra firme, ajena a cualquier tipo de ambigüedad. No es extraño que uno de sus mentores sea Blas de Otero, el gran poeta, al que acompañan otros (Hölderlin, Heine, Aldana, etc.), pues la lectura ha sido una de las experiencias gratificantes de Munárriz, como de cualquier poeta que se precie. La parte final de Nos han robado un ángel se inclina hacia el amor, con un aviso final a los lectores para que lo juzguen por sus versos que «mejores o peores, / me retratan, me explican, dicen lo que viví».